lunes, octubre 24, 2011

EL VIEJITO SABIO



 
Iba un viejito por el bosque cuando escuchó a sus pies una débil voz.  Se agachó y descubrió que quien le hablaba era una ranita:

- Soy una princesa hermosa, erótica y sensual, diestra en todos los placeres de la carne y el amor.  La reina mala, envidiosa de mi pasión y de mis encantos, me convirtió en rana, pero sí me das un beso, volveré a ser quien era y te daré todos los goces y deleites que mi voluptuoso temperamento y mi ardiente concupiscencia pueden producir.

El viejito levanta la rana y se la echa en el bolsillo.  Asoma la ranita la cabeza y le pregunta muy desconcertada:

- ¿Qué?  ¿No me vas a besar?
- ¡No! -Respondió el viejecito.
- A mi edad es más divertido tener  una rana que habla, que una pinche vieja loca y maniática sexual .

No hay comentarios.: